Descartan los fármacos antipsicóticos como causa del aumento de la mortalidad por COVID-19

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Investigadores de la Universidad de Nueva York recuerdan que el sistema inmunitario puede desempeñar un papel en la patogenia de la esquizofrenia

Los fármacos antipsicóticos no son el motivo del incremento de la tasa de mortalidad asociada a la COVID-19 en personas con enfermedades mentales graves. Así lo ha determinado un estudio retrospectivo realizado por la Universidad de Nueva York (Estados Unidos), cuyas principales conclusiones se han recogido en el artículo COVID-19: Greater Mortality Among Psych Patients Remains a Mystery.

Katlyn Nemani, profesora adjunta de investigación del Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Nueva York, ha indicado que las personas con espectro de la esquizofrenia son más vulnerables frente a la COVID-19 que el resto de la población, por lo que su vacunación debe ser prioritaria.

Fármacos antipsicóticos

Investigaciones anteriores ya han demostrado que la esquizofrenia y el trastorno esquizoafectivo son enfermedades relacionadas con un incremento considerable en la mortalidad de pacientes con COVID-19. Asimismo, otras investigaciones han asociado el uso de los fármacos antipsicóticos con este aumento del riesgo de mortalidad. Según Katlyn Nemani, estas investigaciones han llevado a la conclusión de que “el aumento del riesgo observado en esta población podría estar relacionado con la enfermedad psiquiátrica subyacente o su tratamiento”.

Estudio de Nueva York

El estudio retrospectivo de cohortes de la Universidad de Nueva York ha incluido los datos de 464 adultos contagiados por la COVID-19, con una media de edad de 53 años. Los pacientes, contagiados entre el 3 de marzo de 2020 y el 17 de febrero de 2021, tenían un diagnóstico previo de trastorno del espectro de la esquizofrenia o trastorno bipolar. El 42,2% de estos candidatos se han tratado con un antipsicótico.

El criterio principal de valoración ha sido la muerte después de 60 días tras el diagnóstico de coronavirus. Las covariables se han basado en características sociodemográficas, como raza y grupo étnico declarados por los pacientes. También se ha valorado la edad, el diagnóstico psiquiátrico, los trastornos médicos concomitantes, el tipo de seguro y el antecedente de tabaquismo.

Del total, 41 pacientes (8,8 %) fallecieron. La tasa de mortalidad a 60 días fue del 13,7% en personas con un trastorno del espectro de la esquizofrenia (n=182) y del 5,7% en pacientes con trastorno bipolar (n=282). Según las conclusiones del estudio, el tratamiento con antipsicótico no se relacionó de forma significativa con la mortalidad (odds ratio [OR]: 1, 00; intervalo de confianza de 95% [IC 95%]: 0, 48 a 2, 08; p=0, 99). Ante estos resultados, Katlyn Nemani ha defendido “la improbabilidad de que la medicación antipsicótica sea la causa del mayor riesgo en esta población”.

Función inmunitaria

Otro dato significativo ha sido que el diagnóstico de un trastorno del espectro de la esquizofrenia se ha asociado con un aumento de casi tres puntos en el riesgo de mortalidad, en comparación con un trastorno bipolar (OR: 2, 88; IC 95 %: 1, 36 a 6, 11; p = 0, 006). “Se trata de un hallazgo sorprendente que puede deberse a las diferencias en la función inmunitaria asociadas a la enfermedad del espectro de la esquizofrenia”, ha dicho la investigadora.

El sistema inmunitario también desempeña una función en la patogenia de la esquizofrenia y, como ha demostrado la investigación, la neumonía y la infección son algunas de las principales causas de mortalidad prematura en estos pacientes.

Otros posibles motivos del aumento del riesgo de fallecimiento en pacientes con trastornos mentales infectados por la COVID-19 han sido:

  • Mayor prevalencia de trastornos médicos concomitantes, como las enfermedades cardiovasculares.
  • Más dificultad de acceso a la atención sociosanitaria.
  • Otros factores socioeconómicos.
  • Menos posibilidades de recibir intervenciones de atención preventiva, como la vacunación.

Estas circunstancias pueden influir en los resultados de la investigación. Sin embargo, no explican “por completo” el mayor riesgo observado en el estudio, ha defendido Katlyn Nemani. “Debemos seguir investigando para conocer los motivos por los que se produce el incremento de la susceptibilidad a las infecciones graves en pacientes con esquizofrenia. Nuestro objetivo es identificar intervenciones que puedan mitigar el riesgo”, ha añadido.

FUENTE: www.elmedicointeractivo.com